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lunes, 1 de junio de 2009

6 AñoS DespuéS


Querido Diario Intimo:

Tengo el plan de pasar algunos de mis últimos días como estudiante universitaria abrazada de una Pachita (licorera). Si hay alguien que me quiera reglar una, es bienvenida, aun me quedan dos semanas de locura de entrega de trabajos, a pesar de que la entrega de papeles (que estúpidamente llamaron ceremonia de titulación) sea en 5 días.

Espero que pronto llegue el día en el que coma enmoladas, ricas y deliciosas enmoladas.

Recuerdo bien hace 6 años, fue por estas fechas mágicas y lluviosas que vino la epifanía de estudiar artes, creo que mis padres aun no acaban de entender como sucedió eso, yo solo puedo decir que me siento muy contenta porque llegué a la meta que yo escogí y porque dedicaré el resto de mis días a lo que más disfruto hacer, en verdad soy inmensamente feliz, tambien violently happy.

En el 99 (uuuuuu) mi mamá decidió meterme a clases de dibujo porque era fan numero uno de todas las telenovelas posibles. Un día llegó y me avisó que me había inscrito a la casa de la cultura, yo me enojé mucho, ¿Como se atrevía a despojarme de ver Soñadoras, El Diario de Daniela, Chiquititas, etc, etc? Uy, tambien me gustaba ver la ora de los chavos. Mi enojo creció más cuando llegué a la clase y la chica que estaba mas joven tenía 20 años (que cuando tienes 13, 20 es la senectud, aaaah, tiempos aquellos), tambien iba un don buena onda, quien varios años después se convirtió en mi suegro. Para colmo de males, el hijo de mi maestra se la pasaba ahi chingueme y chingueme. Total que estaba yo muy molesta con la situación, hasta que empecé a encontrarle amor al dibujo gracias a mi maestra Vicky, porque aún a pesar de que dibujaba con las patas, nunca me lo dijo de esa manera, siempre me alentaba y me daba consejos para mejorar, a ella le debo mucho el haber encontrado mi vocacion (y no a la barbie que me daba orientación vocacional).

Seguí con los cursos y con la escuela, cabe aclarar que desde la primaria siempre estaba llena de actividades extra, gimnasia, ballet, danza folklorica, etc. En dos ocasiones mi mamá irónicamente me insistió en renunciar a las clases de la C de la C de la C (casa de la cultura de celaya) para que me pudiera dedicar enteramente a la escuela, mi rendimiento académico siguió siendo el mismo, nunca me he quebrado por sacar puro diez, simplemente me gusta aprender e ir a la escuela, un diez es lo de menos.

En fin, en mis años de prepa (terminé en el 2003), mi abuela entró en su etapa terminal de cáncer (nota personal: mi amor platónico de secundaria, de nombre Juan Camilo, al que nunca le dije que me gustaba, vivía por ahí, siempre que iba a cuidar a mi abuelita guardaba la esperanza de que me lo fuera a encontrar cuando iba a la tienda... ¡nunca sucedió! , en sus últimos días, el doctor que la atendía se pasó de lanza cobrando demasiado, a mí me enojó mucho (siempre he tenido serios problemas con las cosas que yo considero injustas) y entonces pensé que si yo fuera doctora no haría eso, después pensé que sería una buena doctora porque siempre me ha gustado ayudar a la gente y me gusta un buen la ciencia... luego decidí ser doctora. La decisión se reforzó con las siempre respuestas de admiración y satisfacción de familiares y conocidos ante tal decisión

Me concentré en ello, tomé un bendito propedeutico de un semestre, hasta que llegó el día de la epifanía, cuando supe que debía estudiar algo que me hiciera feliz y no algo que complaciera a los demás. Al día siguiente le dije a mi mamá que me había llegado la iluminación y que quería estudiar artes, después le dije a mi papá. Como ya había sacado la ficha para medicina en la Universidad de Guanajuato ellos sugirieron que lo intentara y luego lo hablábamos (pesaban que mi supuesta iluminación era miedo a no pasar el examen).

Después de eso, yo no me concentré a estudiar, pasaba mis días en la biblioteca de la prepa comiendo secretamente cacahuates japoneses con boing de guayaba, a veces chismeaba con Cecy (era la onda esa vieja) y a veces con todos los demás. Llegó el día del examen y yo lo hice confiada en que no iba a pasar, oh surprise! el día que publicaron los resultados, cuando estaba en plena reunión familiar, se me comunicó que había pasado... Mis padres, sugirieron que lo intentara o de lo contrario me fuera a trabajar a Estados Unidos para saber lo que es ganar el dinero y que pensara 2 veces antes de volver a desperdiciarlo. Como en ese entonces tuve un novio al que amé locamente, quien fue un gran apoyo en esa etapa de mi vida, quedarme un semestre en medicina no fue tan mala idea...

Ese semestre trajo cosas buenas y cosas malas, experiencias que me hicieron reír mucho, llorar, enojarme, etc. Recuerdo mucho a Carmen y las noches que platicabamos hasta que ella se quedara dormida (sucedía que luego yo me dormía y aun así seguía hablando). Tambien recuerdo cosas con Laura, Giovana, Miguel, Lucy y al imbécil de Esteban. Recuerdo carnes asadas, cerveza, huidas al parque metropolitano, la comida con muchas verduras que hacia la mamá de giovana, las buenas pláticas, el apoyo, crisis economica, mi padre en estados unidos, echar novio los fines de semana, el cumpleaños 18 con pizza, desvelarse estudiando, honey bunches of oats, el anfiteatro, trabajos de laboratorio, pasar largas horas en la biblioteca, dibujar huesos, caminar un día pedas por la calle, visitas al centro, hacer la despensa toda la bola en centro max, mi mochila jansport, converse, discman rojo marca aiwa, cosecha de limones, Nepo que se orinaba en mis territorios, los alacranes!!, la quema de la tenería, mis idas desesperadas a misa, la vez que fracasamos yendo a tae bo, fines de semana de café, limpieza de la casa, 20 de enero, extra de bioquimica... y así se me podrían venir mil cosas a la mente...

Esta historia continuará en el siguiente capítulo....

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