El ataque de la regadera asesina.

Querido diario íntimo:

No tengo precisamente la voz de una sirena, tal vez por eso no me acaba de convencer la idea de bañarme diario cuando hace frío. En fin, a pesar de que no tengo esa voz angelical, me gusta de vez en cuando cantar. Hoy traje todo el día en la cabeza una canción e hice uso de mis cuerdas vocales para entonar con nostalgia el coro de la misma, que es lo unico que me sé.

Normalmente canto a oscuras en la sala y agarro algo para simular un micrófono, pero hoy no, hoy quise cantar en todos lados, incluso lo intenté en la regadera, cosa que para mi no es muy común.

Siempre he pensado que el baño es un lugar peligroso, ¡uno se puede resbalar ahí Diario Intimo! Y como a mí se me da eso de tropezarme a cada rato tengo mucho cuidado cada que me acerco al baño, en fin, sucedío que estaba en la regadera cantando con tal sentimiento que me tragué un poco de agua y oh por dios! andaba muriendome yo, y no presisamente por un resbalón, pero sobreviví, y aqui estoy una vez más en una noche ociosa comunicandome contigo desde el más acá.

He empezado a comunicarme con el de allá arriba, o donde quiera que esté, ni podria asegurar que es un solo ente, me agrada mas pensarlo como una fuerza reguladora, que para efectos de protocolo le llamo Dios, así que me he encomendado a la fuerza reguladora para que me lance una piedra o una cagada de pájaro si es que estoy yendo por el mal camino... Qué más podría yo hacer?

Bien Diario Intimo, te dejo porque mañana habrá gira artística uiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.